Poco se habla sobre la actual política de drogas que sigue la república dominicana, debido a su localización es una zona de paso de diferentes tipos de drogas, especialmente cocaína. La legislación actual es muy dura en relación a este tema, por muy pequeñas que sean las cantidades y aunque estén destinadas a consumo propio. Con el cannabis pasa exactamente igual, encontramos diferentes categorías:
- Categoría Uno: Simple posesión. Esto es la posesión de 20 gramos o menos.
- Categoría Dos: Distribuidor, vendedor. Esto es la posesión de más de 20 gramos y menos de una libra.
- Categoría Tres: Traficante. Esto es la posesión de una libra o más.
Distinguen entre marihuana y hachís, este también tiene también sus categorías:
- Categoría Uno: Simple posesión. Esto es la posesión de menos de 5 gramos.
- Categoría Dos: Distribuidor, vendedor. Esto es la posesión de más de 5 gramos y menos de ¼ de libra.
- Categoría Tres: Traficante. Esto es la posesión de ¼ de libra o más.
Dependiendo de la categoría, el individuo puede enfrentarse a penas de prisión de hasta 8 años (mínimo de 6 meses de prisión y 1.500 pesos de multa, máximo 10-20 años y 5.0000 pesos), aunque se trate de una pequeña cantidad destinada a consumo propio. En ocasiones los extranjeros cuando compran cannabis a algún camello o traficante, suelen ser estafados y en muchas ocasiones denunciados por los propios vendedores, de esta forma existe una especie de equilibrio entre la policía y las mafias de drogas.
A pesar de las fuertes políticas anti droga no se ha reducido el consumo, lo contrario, desde 1975 el consumo se ha multiplicado por 10, unos 200.000 a 300.000 usuarios. Y seguirán aumentando. Si tus próximas vacaciones son en república dominicana no te la juegues, tienes mucho que perder. Fúmate un puro dominicano y bebe brugal, olvídate de la marihuana.
A todo esto uno se pregunta ¿Cómo se las estará ingeniando Diego El cigala para conseguir chocolatito?
"De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país".